Lao Tzu daba un largo paseo todos los días antes de salir el sol por las
colinas del reino de Su Wen en compañía de sus discípulos. La única condición
era que no había que hablar nada.
Un día se unió un nuevo discípulo, siguió al grupo y aceptó la condición del
silencio, pero, al divisar el primer rayo de sol sobre el horizonte, no pudo
conte-nerse y exclamó: "¡Qué maravilla!".
Los discípulos contuvieron el aliento, apenados porque alguien había
desobedecido y perturbado al maestro, quebrantando su regla. Volvieron del
paseo y el discípulo predilecto dijo al maestro en nombre de todos: "Os
pido perdón, maestro, por el nuevo discípulo que ha estropeado hoy vuestro
paseo con su comen-tario. No permitiremos que vuelva a acompañarnos".
Lao Tzu le contestó: "Veo que sí ha estropeado tu paseo y el de todos
vosotros, pues estáis apenados. Pero mi paseo no lo ha estropeado. Yo no doy a
nadie la llave de mi felicidad. Sé disfrutar mi paseo en silencio y sé
disfrutarlo cuando alguien quebranta la regla del silencio y habla. La llave de
mi felicidad está en mí, no en lo que hagan los demás. Ha sido un bello paseo.
Y el nuevo discípulo puede venir cuando quiera".
Puerto Gongora Alfredo Javier,Villanueva Couoh Francisco Jesus ,Escalante Perez Lorenzo (Julio 2013) LÓGICA. Editorial Book Mart, Mexico. Pàg 23.
Puerto Gongora Alfredo Javier,Villanueva Couoh Francisco Jesus ,Escalante Perez Lorenzo (Julio 2013) LÓGICA. Editorial Book Mart, Mexico. Pàg 23.
o.o
ResponderBorrarComo puedo identificar dos emisiones constativas y dos realizativas?
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